Ser humano: ¿un animal más?
¿Somos un animal más entre otros? El ser humano, con un amplio dominio sobre el planeta, tiene dificultades para reconocer la cercanía de su naturaleza con otras especies. Y no por nada, el desarrollo de su lenguaje, su tecnología y organización social han alcanzado un grado de complejidad que parece no tener comparación. Sin embargo, en la proximidad de algunas de las especies más cercanas, mucho de lo que creemos único en el Homo sapiens, queda en franca cuestión.
En el trato cotidiano con diversos animales, como nuestras mascotas, aunque reconocemos algo de “humanidad” en sus conductas, tendemos a mantenerlas en una categoría lejana. Algo distinto, sin embargo, ocurre al observar directamente al rostro y los ojos de uno de los grandes simios. En la mirada de un chimpancé, un bonobo, un orangután o un gorila pareciera expresarse un reflejo de nuestro propio ser. Y la evidencia es abundante, pues junto con compartir nada menos que entre el 98 y 99% de ADN, las observaciones acumuladas no han hecho sino intensificar la idea de que están mucho más cerca de nosotros de lo que solemos creer.
Pero, ¿por qué insistir en esta comparación? ¿Importan estas similitudes, cuando el hecho final es que solo el Homo sapiens se ha expandido por el planeta?
La naturaleza nos ofrece un espejo. En los grandes simios podemos ver no solo huellas de nuestros antiguos ancestros, sino también parte de lo que radica en el fondo de nuestro ser hasta el día de hoy.
A continuación, siguiendo a los etólogos y primatólogos Jane Goodall y Frans de Waal, se revisará dicho reflejo atendiendo a las dos especies vivas más cercanas: el chimpancé y el bonobo. Con estas se ahondará en nuestra innegable condición de ser primates, y en la posibilidad que tenemos de ir más allá de esta.
Homo sapiens en el reino animal
Dominio | Reino | Filo | Clase | Orden | Familia | Género | Especie |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Eucaria | Animalia | Cordados | Mammalia | Primate | Homínidos | Homo | Sapiens |
➤ Primates o “primeros” (desplegar)
- Infraorden Simiformes (antropoides, monos y simios)
- Familia Hilobátidos (simios menores, como Gibones)
- Familia Homínidos (grandes simios)
- Subfamilia Ponginae (Orangutanes)
- Subfamilia Homininae (Chimpancés, Bonobos, Gorilas, Humanos)
- Tribu Gorillini (Gorilas)
- Tribu Hominini (Chimpancés, Bonobos, Humanos y especies relacionadas extintas)
- Subtribu Panina
- Género Pan
- Pan troglodytes (chimpancé común)
- Pan paniscus (bonobo)
- Género Pan
- Subtribu Hominina (humanos y especies relacionadas extintas)
- Género Homo
- Especies Homo habilis, Homo erectus, Homo neanderthalensis, etc.
- Especie Homo sapiens (única viva)
- Género Homo
- Subtribu Panina
Fuente: Parker, Evolución 506.
Un espejo: especies hermanas
I. Jane Goodall: el redescubrimiento de los chimpancés
“Mientras más aprendía, más me daba cuenta de que eran como nosotros en muchos aspectos.” (Jane, 0:23:00)
Jane Goodall ha sido la primera primatóloga que ha observado a los chimpancés en su medio natural por varias décadas. Sus observaciones en Gombe (Tanzania), no solo revolucionaron la idea que se tenía de estos, sino que también afectó la concepción del propio ser humano.
a) Uso instrumental
“Por mucho tiempo se pensó que éramos las únicas criaturas en la Tierra capaces de hacer y usar herramientas. ‘El hombre, el que hace herramientas’, así nos definían. Y aquí estaba [el chimpancé] David Greybeard usando una herramienta. Fue difícil para mí creer lo que había visto.” (Jane, 0:27:00)
La capacidad de fabricar herramientas era considerado rasgo distintivo del humano desde su prehistoria, pero Goodall documentó numerosas conductas que derribaban dicha creencia. Los chimpancés eran capaces de modificar objetos, fabricando herramientas rudimentarias destinadas a resolver diversos problemas complejos de su entorno natural (ver recuadro).
Además, aunque se probaba una fuerte inclinación hacia los objetos (tal como nosotros), también se reveló que los chimpancés poseían una rudimentaria cultura, al transmitirse conocimientos entre generaciones. Goodall observó cómo las crías, mirando a sus madres, aprendían y replicaban los usos instrumentales que ellas conocían. Además, se observó posteriormente que en distintas regiones, los chimpancés aprendían usos instrumentales diferentes, pues cada comunidad transmitía usos propios.
Uso instrumental observado en chimpancés (Goodall, A la sombra del hombre)
- Instrumentos:
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- Palo como arma.
- Lanzamiento intencionado de piedras.
- Palo para detectar larvas: introduce y lo huele. Si hay rastro, abre la madera y come.
- Tallos para capturar termitas introduciéndolos en orificios de sus montículos.
- Palos como palanca, para abrir nidos subterráneos de abejas o similares, así como también cajones con plátanos de humanos.
- Martillo y yunque con piedra pequeña y otra plana para romper nueces. (otra fuente)
- ‘Pesca’ de algas con palos. (otra fuente)
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- Fabricación de herramientas:
- Preparación de palos y ramas de acuerdo al uso que se le dará, por ejemplo, retirando ramas y hojas.
- Masticación de hojas para crear esponjas. Usadas para capturar agua de lluvia o absorber restos de comida inaccesibles de un animal cazado.
- Uso de hojas para frotar y limpiar heridas abiertas, diarrea, barro, líquidos pegajosos, etc.
- Creación de lanzas rudimentarias para cazar. Muerden puntas para afilarlas, las introducen en orificios de árboles para cazar monitos del monte ocultos. (otra fuente)
Ahora bien, aunque se derribaba la idea de que solo el humano puede fabricar herramientas, Goodall sí recalcaba un límite: hasta hoy no se ha observado ni conseguido enseñar a ningún gran simio a producir herramientas que, a su vez, tengan por fin crear otras herramientas (por rudimentarias que sean). Solo el ser humano es capaz de crear medios para otros medios.
“Sin embargo, hasta el momento ningún chimpancé ha conseguido utilizar una herramienta para hacer otra. Ni siquiera enseñándole, y tras exhaustivas pruebas, un chimpancé hembra fue capaz de manejar un hacha de piedra para hacer astillas de un trozo de madera y utilizarlas para extraer alimento de un tubo estrecho.” (Goodall, A la sombra del hombre 338)
b) Comunicación y lenguaje
No solo el ingenio de los chimpancés, también su conducta social y comunicativa resultaban familiares. Goodall expresa su asombro en las primeras observaciones conseguidas en Gombe:
“… me fue posible vislumbrar, en ocasiones, escenas verdaderamente fascinantes. Una vez vi cómo una hembra que acababa de unirse a un grupo corría hacia uno de los machos adultos y extendía su mano hacia él. Él la tomaba, casi majestuosamente, y la besaba. Vi también a dos machos abrazarse a modo de saludo. Vi a un grupo de jóvenes jugar en las copas de los árboles persiguiéndose y saltando de rama en rama. Vi a unas crías columpiándose alegremente durante mucho tiempo, tocándose la punta del pie con una mano y girando de un lado a otro…” (Goodall, 69)
Los chimpancés son empáticos y se expresan regularmente por medio de gestos y contactos que tendemos a considerar típicamente humanos. Cuando han pasado mucho tiempo sin verse, se dan las manos, se besan, se abrazan, se acarician, se palmotean e incluso se hacen cosquillas. Estos mismos gestos los usan para el consuelo y la tranquilización, cuando se sienten tristes, asustados, alarmados o dolidos:
“Tanto los chimpancés como los seres humanos parecen tranquilizarse, en momentos de inquietud, por medio del contacto directo con otro individuo.” (Goodall, 340)
Y, por otra parte, aunque no poseen un habla como el ser humano, sí se comunican entre ellos con sus gritos. Mediante estos, pueden avisar de un lugar con alimentos, o la proximidad de algún tipo de amenaza para el grupo. También al gritar consiguen identificarse individualmente entre ellos; porque los chimpancés se reconocen como individuos de un grupo o comunidad, y generan variadas relaciones especiales entre ellos.
Ahora bien, aunque no ha sido posible enseñarles el habla humana, sí han aprendido el lenguaje de gestos que utilizan los sordomudos. La chimpancé ‘Washoe’ en los años 70, aprendió en solo 5 años 350 símbolos, de los cuales usaba directamente 150. Algo similar al caso del famoso gorila Koko, quien también se comunicó exitosamente de este modo.
c) Autoconciencia
Con Washoe también se comprobó algo que suele generar resistencia, por tratarse de un aspecto que las personas consideran únicamente humano. Gordon Gallup en los 70 creó el test “la prueba del espejo” para reconocer grados de conciencia en los animales. Frente a esta Washoe tuvo que mirar su reflejo, y cuando se le consultó en lenguaje de señas, “¿quién es esa?“, ella respondió: “Yo, Washoe“.
“Se trata, en cierto modo, de la demostración científica de algo que conocíamos hace tiempo: que de una forma quizás algo confusa, el chimpancé tiene una conciencia primitiva de su propio yo. Habrá, sin duda, personas que preferirán no creer esto, ya que, más arraigada todavía que la vieja idea de que es el hombre el único ser capaz de hacer herramientas, lo está de que el ser humano es el único del reino animal que tiene conciencia de sí mismo”. (Goodall, 351)
Esta prueba también la han pasado otros grandes simios. ¿Significa que tienen una conciencia como la nuestra? Goodall dirá que no, pero sí que puede ser un estadio previo a esta. No hay que olvidar que en los propios seres humanos no se pasa la prueba del espejo sino hasta después del año y medio de edad (cf. Lobue. “Who’s That Baby in the Mirror?”).
d) Agresividad y guerra
Goodall tuvo inicialmente la impresión de que los chimpancés eran similares a nosotros, pero más amables. Por cierto, vio conductas agresivas en luchas por la jerarquía patriarcal de los chimpancés, o cuando estos se coordinaban para cazar otros mamíferos. Pero solo después de 10 años de observación presenció algo completamente distinto: algo no visto nunca en otra especie animal, salvo en los seres humanos.
La comunidad de chimpancés que estudiaba se separó, y una de ellas se movió al territorio sur. Con el paso de los años, comenzaron una serie de incursiones sumamente agresivas y coordinadas del grupo norte. En estas se persiguió, asaltó y asesinó uno a uno a los miembros del bando rival (los mismos que en otro entonces fueran amigos y familiares). El nivel de organización, el frenesí, la crueldad en las matanzas, y el objetivo de eliminar a toda una comunidad, llevaron a Goodall a hablar de una especie de “guerra primitiva”, una que llamó “La guerra de los 4 años”:
“Durante varios años me costó creerlo. A menudo me despertaba por la noche, con visiones de terribles imágenes: Satán, recogiendo con la mano la sangre que perdía Sniff por la barbilla para bebérsela; el viejo Rudolf, tan tranquilo normalmente, lanzando una piedra de unos ocho kilos sobre Godi; Jomeo arrancando un pedazo de piel del muslo de De; Figan atacando y golpeando repetidamente el magullado cuerpo de Goliath, uno de sus héroes de la infancia. Y, quizá lo peor de todo, Passion comiendo la carne del bebé de Gilka, con la boca rebosando sangre como el grotesco vampiro de un cuento infantil”. (Goodall, A través de la ventana, 54)
A pesar de esta chocante revelación, Goodall se preocupó de aclarar que esta conducta no era la única ni la predominante en los chimpancés. Sin embargo, esto fue en vano, la idea de que “ser primate” era equivalente a una naturaleza máximamente agresiva y violenta, se propagó en la primatología y en el sentido común, tanto para las especies hermanas, como para el «primate humano».
Solo tiempo después, esta idea del «primate agresivo» en nuestro interior, comenzó a recibir una visión más equilibrada. Especialmente con los estudios de bonobos por Frans de Waal comienza un nuevo cuestionamiento a que implica «ser primate».
Continuar Parte II: Ser Primate, ser humano (II) Frans de Waal y el primate olvidado
Referencias
- Goodall, Jane. A la sombra del hombre. Madrid: Alianza Editorial, 2023. - Goodall, Jane. A través de la ventana - 30 años estudiando a los chimpancés. Madrid: Alianza Editorial, 2023. - De Waal, Frans. El mono que llevamos dentro. Barcelona: Tusquets Editores, 2024. - Morgen, Brett. Jane. Documental. National Geographic, 2017. Parker, Steve. Evolución: Toda la historia. Barcelona: Editorial Blume, 2018. - Lobue, Vanessa. "Who's That Baby in the Mirror?" Psychology Today, February 2020. https://www.psychologytoday.com/us/blog/the-baby-scientist/202002/whos-that-baby-in-the-mirror. - "¿Qué podemos aprender de nuestros 'primos' los bonobos?" Entrevista a Isabel Behncke. Revista de Educación. https://www.revistadeeducacion.cl/isabel-behncke-primatologa-chilena-que-podemos-aprender-de-nuestros-primos-los-bonobos/.
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- En la senda del hombre, Goodall (solo parte final). Corresponde editorial y traducción distinta a la utilizada en este post.