Ser primate, ser humano (II) Frans de Waal

[Lectura: 6 min.]

La otra cara de la moneda: bonobos

Parte II: tras la propagación de la idea de la agresividad en los chimpancés (parte I - Goodall), se desarrollan nuevos estudios que ponen en cuestión el predominio de este rasgo en todo primate.

a) Pacifismo y sexualidad

“Entre los bonobos no se producen guerras a muerte, apenas cazan, los machos no dominan a las hembras, y hay mucho, mucho sexo. (…) Los bonobos hacen el amor, no la guerra. Son los hippies del mundo primate.” (De Waal, El mono que llevamos dentro 43)

Frans de Waal (1979) *

Junto con los chimpancés, los bonobos son nuestros parientes más cercanos (99% de similitud en el ADN). Inicialmente, se los consideró un tipo de chimpancé (“pigmeo” o pan troglodytes paniscus). Pero algunas diferencias morfológicas y notables distinciones conductuales, ameritaron que se los considerara una especie propia (pan paniscus). En 1954, Tratz y Heck publicaron uno de los primeros estudios donde se destacaba dicha diferencia:

“El bonobo es una criatura extraordinariamente sensible y tierna, muy alejada de la Urkraft (fuerza primitiva) demoniaca del chimpancé adulto.” (Tratz y Heck en De Waal, 42)

Los bonobos, al contrario del sistema patriarcal y competitivo de los chimpancés, se organizan en un matriarcado liderado por una hembra veterana. Y aunque los machos siguen siendo más fuertes y grandes, las hembras consiguen controlarlos cooperando entre ellas y reduciendo las tensiones grupales por medio de una abundante vida sexual.

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Ser humano y conducta instrumental: medios para medios

[Lectura: 5 min.]

El uso de instrumentos no es exclusivo del género humano

¿En qué punto se produce la emergencia de la tecnología tal como la reconocemos en el ser humano? Pues, de hecho, el uso de instrumentos (objetos que permiten alterar el entorno en vistas de algún fin) no es algo exclusivo de la humanidad.

Mono capuchino (Sapajus libidinosus)

En los animales ya se observan conductas instrumentales. Las aves recolectan ramas y objetos del medio para confeccionar sus nidos destinados a sus polluelos. También los primates, como el mono capuchino, usan rocas para romper frutos para obtener sus alimentos (*).

En estos casos y otros similares, se observa el empleo de objetos del entorno como medios para un fin, ya sea de un modo directo y oportunista (tomar una roca y romper un fruto), o construyendo algo para un propósito determinado (un nido para incubar y criar).

E incluso hay casos de animales que demuestran una conducta instrumental mucho más desarrollada, volviendo aún más difusa la diferencia esencial en este tipo de comportamientos respecto del ser humano.

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