Ruido y Silencio

¿Por qué Silencio? Cuando el ruido satura, cuando incluso en la callada noche, todo sigue hablando y parloteando sin cesar, entonces se anhela un silencio fundamental. Este silencio, para Byung-Chul Han, es el que se contrapone radicalmente al ruido provocado por la “hiperinformación” que nos bombardea constantemente. Un exceso de datos originados por la propia compulsión a compartirlo todo, y la adicción de consumir, una y otra vez, “contenidos” que ofrecen las redes sociales y la red digital en general. Todo esto, siempre al alcance de nuestra mano, en nuestros dispositivos.
“Todo grita para llamar la atención (…). La información nos roba el silencio imponiéndonos y reclamando nuestra atención” (No-cosas, 101-102).
El silencio es importante, permite que nos vinculemos con lo que sostiene y forma Sentido y Mundo:
“Lo sagrado está ligado al silencio” (97)
Lo sagrado es lo que se “alza” sobre nosotros y nos supera o lo que subyace bajo todo y solo puede apreciarse por una “atención profunda”, dice Han. Es lo que permite articular un sentido lejos de la fragmentación que produce la acumulación hiperactiva de datos e informaciones.
